La secretaria de Empleo dice que el Gobierno tiene que ser «resiliente»

La secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, ha dicho hoy que el Gobierno tiene que ser «resiliente», es decir «superar la adversidad y salir fortalecido» de la actual crisis económica.

Hidalgo ha clausurado hoy una jornada sobre trauma y resiliencia organizada por la Sociedad Española de Especialistas en Estrés Postraumático (SETEPT) y el Instituto Español de Resiliencia (IER), donde se ha analizado este concepto psicológico que se emplea para superar situaciones adversas, como los elevados índices de paro.

En opinión de la responsable de Empleo, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha «recuperado el respeto perdido» entre los socios europeos y se ha mostrado «satisfecha» también con la bajada del paro, que no había ocurrido «ningún mes de noviembre».

Ha dicho que el Ejecutivo conoce «perfectamente» el camino y que los españoles tienen «muchísima fortaleza» y «saben sobreponerse a las dificultades», con solidaridad y creatividad, y se ha referido al potencial de las personas «para transformar la realidad».

Virtudes todas ellas que, en su opinión, debe asumir el Gobierno para sacar a España de las dificultades económicas en las que se encuentra inmerso este país.

Además, ha añadido que tras la crisis se recuperarán «principios y valores» que se habían perdido en época de bonanza económica y ha asegurado que desde el Ministerio de Empleo trabajan para fomentar la «responsabilidad social» de las empresas.

La presidenta del IER, Rafaela Santos, ha reconocido que «el paro es el mayor trauma» para una sociedad y ha afirmado que las empresas «tienen que ser resilientes, no machacar y no acosar, sino trabajar para el desarrollo de los individuos».

Santos ha añadido que «la adversidad fortalece y mejora a las personas» y «con esta crisis estamos aprendiendo». El objetivo es, a su juicio ….

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SÍNDROME DEL SUPERVIVIENTE

Tras la tragedia, sobrevienen las preguntas y los síntomas de angustia y falta de sueño para las personas que sobrevivieron a la tragedia. Hace falta seguir unos consejos para recuperar la normalidad.

Los heridos en el accidente ferroviario de Santiago intentarán durante estos días encontrar respuestas a las muchas preguntas que brotan en su cabeza por la explosión emocional surgida tras la tragedia, pero algunas de ellas no tienen contestación, como la de «¿por qué yo me he salvado y las otras personas no?».

De esas cuestiones sin respuesta, de los sentimientos que pueden albergar en estos momentos las personas que han resultado heridas en el siniestro, han hablado para especialistas en psicología y psiquiatría relacionada con situaciones de emergencia y catástrofes.

«Hay que decirle a esa persona que hay muchas preguntas que no se pueden responder. No hay respuesta de ¿por qué a mí?», señala Juan Manuel Fernández Millán, profesor en la UNED de Melilla en la Facultad de Psicología, y en el departamento de Psicología Social de la Universidad de Granada en el campus de la ciudad autónoma.

Hay que superar la etapa de dar vueltas obsesivamente a querer encontrar el por qué me ha pasado esto». «Esta pregunta no tiene respuesta y es la causa de muchas disfunciones psíquicas a raíz de un episodio traumático porque puede acabar neurotizando a las personas», comenta Rafaela Santos, presidenta de la Sociedad Española de Estrés Postraumático (Setept).

Son preguntas en bucle que se hacen en la fase de shock, que normalmente dura unos días, según Millán, autor de varios manuales prácticos de apoyo psicológico en situaciones de emergencia. Las personas que viven una catástrofe de este tipo suelen experimentar al principio un trastorno de estrés agudo.

Caterva de síntomas

No obstante, si permanece en el tiempo ya hay que hablar de un trastorno por estrés postraumático, que provoca una ruptura psíquica y un desequilibrio emocional intenso.

 

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Hay que aceptar la realidad adversa sin resignación y pasar por el dolor

«Los jóvenes de hoy son más vulnerables porque los hemos sobreprotegido».

«Tengo 500 años». Con esta chocante revelación comienza la charla de Rafaela Santos, la psiquiatra granadina que preside la Sociedad Española de Estrés Postraumático. Santos acaba de publicar Levantarse y luchar, un libro sobre la capacidad de los seres humanos para superar los traumas. Esta doctora que en vez de quitarse años se pone siglos aconseja adoptar una actitud flexible ante las adversidades y propone revisar la relación entre padres e hijos. «Si se sobreprotege mucho a los niños se criarán adultos vulnerables al sufrimiento», avisa de forma enérgica mientras se mueve sin descanso de un lugar a otro en su clínica de Madrid.

-¡Menuda vitalidad tiene!

-¿Cuántos años me echa?

-Dígamelo usted.

-Tengo 500.

-Pues se conserva muy bien. Doctora, ¿no necesitará usted un psiquiatra?

-La vida es la experiencia acumulada y yo llevo más de 30 años escuchando los problemas de la gente que viene a mi consulta, así que tengo muchísima experiencia acumulada. Tengo tanta que podría cumplir 500 años.

-¿No se cansa o flaquea de escuchar tantos problemas?

-Los psiquiatras estamos entrenados para que no nos afecten los problemas, pero yo me involucro mucho con mis pacientes para que mejoren. También me involucro con sus familiares porque cuando uno enferma, enferma toda la familia. Intento hacerles sentirse mejor.

-¿Les atiborra a pastillas?

-No, no. Los fármacos en psiquiatría deben ser en dosis mínimas y el tiempo también mínimo.

-Con el objetivo de templar el alma, sobre todo para capear los temporales.

-Efectivamente. Nadie está libre de las adversidades, pero es importante estar preparado para recibirlas y gestionarlas de una manera que no te haga daño. Si tratas de cerrar la puerta a una adversidad, esta acabará entrando por la ventana.

-Las adversidades siempre son dolorosas.

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Los mineros y el mito de la caverna

El mito de la caverna de Platón recuerda a la historia de los 33 mineros que, tras pasar setenta días prisioneros en el yacimiento chileno, pueden descubrir al salir de su encierro una realidad más profunda y completa que la compuesta sólo por apariencias sensibles.

Fuera de la caverna, los mineros tendrán que llevar gafas hasta que se acostumbren a la radiante luz del sol, una metáfora que, en la alegoría del filósofo griego, encarna la idea del bien.

Los expertos están precavidos ante el riesgo de que los supervivientes sufran estrés postraumático pero, ¿es posible que de este suceso salgan fortalecidos y logren sacar de las profundidades de su alma lo mejor de ellos mismos?.

Así lo cree al menos la presidenta de la Sociedad Española de Especialistas en Estrés Postraumático, Rafaela Santos, quien contempla con optimismo el futuro de estos trabajadores porque han recibido el apoyo de un «líder» durante el suceso -el minero Luis Urzúa- así como de sus familiares y de la comunidad internacional.

La doctora ha recurrido a lo que en psicológica se conoce como «resiliencia», una capacidad que desarrolla el ser humano para superar los periodos de sufrimiento emocional y que puede convertir un trauma en una experiencia «enormemente enriquecedora».

«Lo vivido en la mina les puede conducir a hacer reajustes en su vida que les lleven a ser más felices mientras que, si nada les hubiera ocurrido, tal vez nunca se hubieran atrevido a tomar determinadas decisiones», ha argüido en una entrevista con EFE.

La experta ha confesado que no sé sabe cómo reaccionarán ahora estas personas, tanto los mineros como sus familiares, porque han pasado por situaciones verdaderamente angustiosas.

Es posible que una vez superado el encierro los mineros sufran un estrés postraumático «agudo», que suele durar entre dos y tres meses, en los que pueden experimentar ansiedad continua o ante situaciones puntuales que les recuerden los hechos.

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