Los mineros y el mito de la caverna

El mito de la caverna de Platón recuerda a la historia de los 33 mineros que, tras pasar setenta días prisioneros en el yacimiento chileno, pueden descubrir al salir de su encierro una realidad más profunda y completa que la compuesta sólo por apariencias sensibles.

Fuera de la caverna, los mineros tendrán que llevar gafas hasta que se acostumbren a la radiante luz del sol, una metáfora que, en la alegoría del filósofo griego, encarna la idea del bien.

Los expertos están precavidos ante el riesgo de que los supervivientes sufran estrés postraumático pero, ¿es posible que de este suceso salgan fortalecidos y logren sacar de las profundidades de su alma lo mejor de ellos mismos?.

Así lo cree al menos la presidenta de la Sociedad Española de Especialistas en Estrés Postraumático, Rafaela Santos, quien contempla con optimismo el futuro de estos trabajadores porque han recibido el apoyo de un «líder» durante el suceso -el minero Luis Urzúa- así como de sus familiares y de la comunidad internacional.

La doctora ha recurrido a lo que en psicológica se conoce como «resiliencia», una capacidad que desarrolla el ser humano para superar los periodos de sufrimiento emocional y que puede convertir un trauma en una experiencia «enormemente enriquecedora».

«Lo vivido en la mina les puede conducir a hacer reajustes en su vida que les lleven a ser más felices mientras que, si nada les hubiera ocurrido, tal vez nunca se hubieran atrevido a tomar determinadas decisiones», ha argüido en una entrevista con EFE.

La experta ha confesado que no sé sabe cómo reaccionarán ahora estas personas, tanto los mineros como sus familiares, porque han pasado por situaciones verdaderamente angustiosas.

Es posible que una vez superado el encierro los mineros sufran un estrés postraumático «agudo», que suele durar entre dos y tres meses, en los que pueden experimentar ansiedad continua o ante situaciones puntuales que les recuerden los hechos.

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